Campamento Nacional de Adolescentes 2018

'Te tengo un cariño especial'

Mackenzie Phillips, protagonista de la película La Cabaña, recibe una nota en su buzón un día de invierno firmada por Papá: "Te espero en la cabaña". Después de tanto tiempo, se arriesga a encontrarse con Dios y su vida cambia. Y nosotros este año hemos recorrido el mismo camino que Mack para tener un encuentro en la cabaña con Papá.

Nueva generación, nueva cultura
Dios siempre sorprende, y sus maneras son nuevas y creativas. Este Campamento Nacional de Adolescentes ha sido un camino con quien es el Camino, ha supuesto un redescubrimiento de la figura de Dios y nuestra relación con él. Y no solo eso: ha sido una confirmación de que los jóvenes estamos viviendo un tiempo nuevo, un tiempo en el que aprender a vivir en libertad y en verdad, tal y como somos, sin máscaras ni juicios y haciéndonos vulnerables a los demás. Esa es la manera de poder vivir en comunidad y de sentirnos acogidos, y esa es la nueva cultura que está naciendo. Una cultura que genera nuevas relaciones entre nosotros y con Dios.

Una nueva relación con la Trinidad
Igual que Mack, hemos tenido la experiencia de vivir unos días con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y crear una nueva relación con cada uno de ellos. Nos hemos sentido hijos de Papá, que nos cuida, nos ve y nos tiene un cariño especial a cada uno de nosotros. Jesús como Hijo ha supuesto una enseñanza constante de que la vida es el Camino, y que este no siempre es recto. En una escena de La Cabaña, el protagonista se encuentra rodeado de agua y debe salir de la barca y caminar con Jesús. Esa ha sido la experiencia que hemos vivido estos días: la seguridad de que hay que avanzar, salir de la comodidad y enfrentarse a los miedos, sabiendo que junto a Jesús podemos. Y la presencia del Espíritu Santo se ha mostrado fuertemente en las oraciones como una corriente de gracia, creatividad y avivamiento en nuestros corazones. Hemos aprendido que hay muchas formas de hablar a Dios y nos hemos sentido libres y cómodos en Casa para poder orar a través de la pintura, el dibujo, las palabras o la lectura.

Un viaje a nuestra cabaña y el retorno a la Casa del Padre
El campamento ha sido un viaje a lo profundo de nuestro corazón y al corazón del Padre. Hemos entrado en ese lugar oscuro, desordenado y triste de nuestro interior que no queremos ver ni mostrar a nadie. Un lugar en el que reina el odio, el miedo, la inseguridad, el dolor y la tristeza. Y ahí, en nuestra debilidad, en nuestra pobreza, Dios se ha hecho visible y nos ha amado. Ha venido a sanar esa herida que crece en nuestro interior y entre Él y nosotros. Y como el padre en la parábola del Hijo Pródigo, ha corrido a abrazarnos en nuestra vuelta a Casa, y nos ha preparado un banquete.

Esta semana ha supuesto un aprendizaje constante de que el dolor nos ciega y nos separa de Dios, hace que lo veamos como alguien malo y perdemos su esencia. Pero el amor siempre deja una marca, y Su amor nos ha salvado de la esclavitud y nos ha devuelto a Casa. Sabemos que no estamos perdidos, que volvemos a ser hijos y queremos vivir como lo que somos en el mundo. P.D: Papá me ha pedido que te diga que te tiene un cariño especial.